Si,lo lamento soy un hijo del fusil pero sólo quiero una chica que me diga si después de mis embrollos verborréicos.
La imágen es orginal de Bunsen, una gran tira cómica.
miércoles, 25 de febrero de 2009
Yo tenía una chica!
Si,lo lamento soy un hijo del fusil pero sólo quiero una chica que me diga si después de mis embrollos verborréicos.
La imágen es orginal de Bunsen, una gran tira cómica.
lunes, 23 de febrero de 2009
Kurt Cobain tendría 42 años.
En estos tiempos de vida atribulada, difusa (lamentablemente no patidifusa), solitaria y de decepción, es bueno revisar el pasado y recordar.
El pasado 20 de febrero Kurt Cobain hubiese cumplido 42 años de vida, se suicidó a los 27, con una escopeta.
Ahora como dato cultural les diré que la mayoría de los hombres se suicidan ahorcados, por arma de fuego o lanzándose al vacío, por su parte la gran mayoría de las mujeres, que deciden expulsar 21 gramos de sus cuerpos, prefieren tomar pastillas, venenos o cortarse las venas.
Esto apela simplemente a que las mujeres son vanidosas hasta para quitarse la vida, los métodos que usan con más frecuencia no atentan en ningún momento contra sus caras, su belleza.
Lo cierto es que haca casi cuatro años escribí un reportaje sobre la muerte de Kurt Cobain y aquí les entrego ese texto que apareció en El Universal.
10 años sin Kurt Cobain
Habacuc Frías
El Universal
Lunes 05 de abril de 2004
A esa distancia, el músico sigue sin descansar. Los derechos sobre la última canción que grabó antes de su muerte (la inédita You Know You`re Right) son motivo de disputa legal entre su viuda y sus ex compañeros
"Es mejor quemarse que desvanecerse". Este verso de una canción de Neil Young pone fin a la nota de suicidio con la que Kurt Cobain dijo adiós al mundo el 5 de abril de 1994. Ese día, el cantante de Nirvana apretó el gatillo de su escopeta Remington y se voló la tapa de los sesos.
Cobain, la estrella, no pudo aceptar una realidad que había cambiado tras el éxito masivo de Nevermind, un disco que condicionó la carrera de una banda protagonista del último capítulo esencial de la historia del rock: "el Grunge".
En 1989, Sub Pop, una pequeña discográfica de Seattle, edita Bleach, primer álbum del trío. Grabado en tres días por Jack Endino y con un costo de 600 dólares, el disco les permite hacerse de un nombre dentro de la emergente escena local, compartiendo cartel con bandas afines como Mudhoney, Tad o Soundgarden.
Un cazatalentos de Geffen Records los considera importantes y en mayo de 1991 Nirvana llega a Los Ángeles para comenzar la grabación del que sería su segundo álbum, que salió ya bajo el auspicio de una gran disquera.
A la hora de escoger a un productor, eligen a Butch Vig, quien se encarga de limar las aristas y pulir "demasiado", según Cobain, el sonido del trío.
Vig potenció su faceta más pop, respetó la rudeza de Bleach en unos pocos temas e incidió en la fórmula riff+calma+estribillo con la que la banda de Seattle conquistó en pocos meses las listas de medio mundo.
"Smells like teen spirit", el primer sencillo, era una amarga crítica contra la apatía de la juventud estadounidense.
Luego MTV programa hasta la saciedad el video de la canción y el 1 de febrero de 1992, Nevermind desbanca a Michael Jackson del número uno del Billboard.
El resto es historia: giras inacabables, sobreexposición en los medios Kurt y Courtney Love convertidos en los nuevos Sid Vicious y Nancy, adicciones múltiples, depresiones y suicidio.
Una década después, el cadáver de Cobain sigue sin descansar. Los derechos sobre la última canción que grabó antes de su muerte (la inédita "You know you`re right") son motivo de disputa legal entre su viuda y sus ex compañeros, Dave Grohl y Krist Novoselic.
Love ha impedido, temporalmente que el tema se incluya en la caja de 45 canciones de Nirvana que Geffen esperaba sacar al mercado con motivo del décimo aniversario de Nevermind y que, hasta nueva decisión de los tribunales, sigue sin fecha de edición.
"¿Quieres saber por qué hemos tenido tanto éxito?", preguntaba el baterista Dave Grohl a un periodista estadounidense en 1992.
"No tenemos ni idea. Nunca supimos que las cosas se iban a volver tan locas."
COURTNEY LOVE
Las disputas legales entre ella y los ex integrantes del grupo por los derechos de materiales inéditos han sido una constante. Debutó en la película de Milos Forman The people vs. Larry Flynt.
DAVID GROHL
No para de participar en sus proyectos y en otros alternos, como su grupo Foo Fighters o colaborar con Queens of the Stone Age y Garbage. Lanzó Probot, cuyo resultado fue un disco de 11 canciones de rock.
KRIST NOVOSELIC
El bajista integró la banda Sweet 75, de la cual sólo se editó un disco en 1997. Se encuentra concentrado en una carrera política y piensa postularse para vicegobernador en Seattle.
LAS DUDAS
No se encontraron huellas en la escopeta ni en la pluma con la que supuestamente escribió la nota.
El recado póstumo, de acuerdo con dos grafólogos, fue escrito por dos personas. Una parte era reflexión sobre la situación que vivía y otra, "adicionada", hablaba de suicidio.
Su cuerpo fue encontrado boca arriba, con la escopeta en su pecho apuntando a su cabeza, pero el disparo no afectó su rostro.
Su amigo Peter Cleary dijo "que nunca escuchó nada que él dijera sobre suicidio y toda la información venía de Courtney". (HF)
LO QUE NO SE DIJO FUE...
El nivel de heroína en la sangre de Cobain registró 1.52 miligramos por litro, esto requiere una inyección de 225 miligramos, tres veces, una dosis letal aun para los más adictos. ¿Para qué dispararse si la sobredosis haría el trabajo?
La escopeta fue comprada antes de que saliera de la clínica de rehabilitación, no después, y estaba cargada con tres cartuchos, la razón es que el arma se cargó por protección y no para un suicidio.
Una de sus tarjetas de crédito estaba perdida, alguien la estaba utilizando. Courtney y Cobain enfrentaban un proceso de divorcio.
El 5 de abril de 1994 Kurt fue encontrado sin vida en la parte trasera de su mansión.
sábado, 21 de febrero de 2009
El hijo del papá!!
Creo que ahora que empiece a tomar terapia, lo que haré es decirle a mi terapeuta que mejor lea mi blog, aunque hay textos que he debido retener en documentos de word...
Lo cierto es que me pasó una de las cosas más extrañas e impensables la semana pasada.
Mi ociosidad recurrente en esta época en la cual engroso las filas del desempleo en México, me llevó a retomar las diferentes redes sociales por las cuales he desfilado, así que visité mis perfiles de Buzznet, Tagged, Linkedin, Myspace y Hi5.
Pero lo sorprendente llegó con la visita a Hi5, una cuenta que no visitaba desde hace más de dos años y por la misma razón, había sido desactivada; para saber si todavía existía hice una búsqueda en esta red social y resultó que había otros tres Habacuc Guzman en el sistema... Lo más cabrón es que uno es homónimo y otro era mi padre biológico.
Lo curioso es que su edad a la fecha de mi nacimiento más los años transcurridos, daban como resultado la edad del perfil que encontré y descubrí que su cumpleaños es el mismo día en el que nació Baby Jesus (o sea el 24 de diciembre).
Fue algo de lo más bizarro en el mundo porque mi padre podría pasar junto a mi en la calle y nunca podría decir si es o no mi padre.
Cuando lo comenté con amigos y conocidos, las dudas fueron muchas.
Todos me cuestionaban si hablaría con él o no, si le mandaría un mensaje, si trataría de buscarlo... La repuesta en todo momento es muy sencilla... Si durante 28 años no lo he necesitado para nada, para que chingados lo voy a buscar ahorita.
Pensé en el caso hipotético, que haría si lo viera, escuchara... pff la verdad no me interesa en lo absoluto, así que puedo decirles que mi padre murió el día que el decidió olvidarse de mi existencia.
jueves, 19 de febrero de 2009
Denise Dresser
Carta Abierta a Carlos Slim
DENISE DRESSER
Estimado Ingeniero:
Le escribo este texto como ciudadana. Como consumidora. Como mexicana preocupada por el destino de mi país y por el papel que usted juega en su presente y en su futuro. He leído con detenimiento las palabras que pronunció en el Foro Qué Hacer Para Crecer y he reflexionado sobre sus implicaciones. Su postura en torno a diversos temas me recordó aquella famosa frase atribuida al presidente de la compañía automotriz General Motors, quien dijo: “Lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos”. Y creo que usted piensa algo similar: Lo que es bueno para Carlos Slim, para Telmex, para Telcel, p ara el Grupo Carso, es bueno para México. Pero no es así. Usted se percibe como solución cuando se ha vuelto parte del problema; usted se percibe como estadista con la capacidad de diagnosticar los males del país cuando ha contribuido a producirlos; usted se ve como salvador indispensable cuando se ha convertido en bloqueador criticable. De allí las contradicciones, las lagunas y las distorsiones que plagaron su discurso, y menciono las más notables:
–Usted dice que es necesario pasar de una sociedad urbana e industrial a una sociedad terciaria, de servicios, tecnológica, de conocimiento. Es cierto. Pero en México ese tránsito se vuelve difícil en la medida en que los costos de las telecomunicaciones son tan altos, la telefonía es tan cara y la penetración de internet de banda ancha es tan baja. Eso es el resultado del predominio que usted y sus empresas tienen en el mercado. En pocas palabras, en el discurso propone algo que en la práctica se dedica a obstaculizar.
–Usted subraya el imperativo de fomentar la productividad y la competencia, pero a lo largo de los años se ha amparado en los tribunales ante esfuerzos regulatorios que buscan precisamente eso. Aplaude la competencia, pero siempre y cuando no se promueva en su sector.
–Usted dice que no hay que preocuparse por el crecimiento del Producto Interno Bruto; que lo más importante es cuidar el empleo que personas como usted proveen. Pero es precisamente la falta de crecimiento económico lo que explica la baja generación de empleos en México desde hace años. Y la falta de crecimiento está directamente vinculada con la persistencia de prácticas anticompetitivas que personas como usted justifican.
–Usted manda el mensaje de que la inversión extranjera debe ser vista con temor, con ambivalencia. Dice que las empresas modernas son los viejos ejércitos. Los ejércitos conquistaban territorios y cobraban tributos”. Dice que ojalá no entremos a una etapa de Sell Mexico a los inversionistas extranjeros, y cabildea para que no se permita la inversión extranjera en telefonía fija. Pero al mismo tiempo usted, como inversionista extranjero en Estados Unidos, acaba de invertir millones de dólares en The New York Times, en las tiendas Saks, en Citigroup. Desde su perspectiva incongruente, la inversión extranjera se vale y debe ser aplaudida cuando usted la encabeza en otro país, pero debe ser rechazada en México.
–Usted reitera que “necesitamos ser competitivos en esta sociedad del conocimiento y necesitamos competencia; estoy de acuerdo con la competencia”. Pero al mismo tiempo, en días recientes, ha manifestado su abierta oposición a un esfuerzo por fomentarla, descalificando, por ejemplo, el Plan de Interconexión que busca una cancha más pareja de juego.
–Usted dice que es indispensable impulsar a las pequeñas y medianas empresas, pero a la vez su empresa –Telmex– las somete a costos de telecomunicaciones que retrasan su crecimiento y expansión.
–Usted dice que la clase media se ha achicado, que “la gente no tiene ingreso”, que debe haber una mejor distribución del ingreso. El diagnóstico es correcto, pero sorprende la falta de entendimiento sobre cómo usted mismo contribuye a esa situación. El presidente de la Comisión Federal de Competencia lo explica con gran claridad: Los consumidores gastan 40% más de lo que debieran por la falta de competencia en sectores como las telecomunicaciones. Y el precio más alto lo pagan los pobres.
–Usted sugiere que las razones principales del rezago de México residen en el gobierno: la ineficiencia de la burocracia 20 gubernamental, la corrupción, la infraestructura inadecuada, la falta de acceso al financiamiento, el crimen, los monopolios públicos. Sin duda todo ello contribuye a la falta de competitividad. Pero los monopolios privados como el suyo también lo hacen.
–Usted habla de la necesidad de “revisar un modelo económico impuesto como dogma ideológico” que ha producido crecimiento mediocre. Pero precisamente ese modelo –de insuficiencia regulatoria y colusión gubernamental– es el que ha permitido a personas como usted acumular la fortuna que tiene hoy, valuada en 59 mil millones de dólares. Desde su punto de vista el modelo está mal, pero no hay que cambiarlo en cuanto a su forma particular de acumular riqueza.
La revisión puntual de sus palabras y de su actuación durante más de una década revela entonces un serio problema: Hay una brecha entre la percepción que usted tiene de sí mismo y el impacto nocivo de su actuación; hay una contradicción entre lo que propone y su forma de =2 0 proceder; padece una miopía que lo lleva a ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio.
Usted se ve como un gran hombre con grandes ideas que merecen ser escuchadas. Pero ese día ante los diputados, ante los senadores, ante la opinión pública, usted no habló de las grandes inversiones que iba a hacer, de los fantásticos proyectos de infraestructura que iba a promover, del empleo que iba a crear, del compromiso social ante la crisis que iba a asumir, de las características del nuevo modelo económico que apoyaría. En lugar de ello nos amenazó. Nos dijo –palabras más, palabras menos– que la situación económica se pondría peor y que ante ello nadie debía tocarlo, regularlo, cuestionarlo, obligarlo a competir. Y como al día siguiente el gobierno publicó el Plan de Interconexión telefónica que buscaría hacerlo, usted en respuesta anunció que Telmex recortaría sus planes de inversión. Se mostró de cuerpo entero como alguien dispuesto a hacerle daño a México si no consigue lo que quiere, cuando quiere. Tuvo la oportunidad de crecer y en lugar de ello se encogió.
Sin duda usted tiene derecho a promover sus intereses, pero el problema es que lo hace a costa del país. Tiene derecho a expresar sus ideas, pero dado su comportamiento es difícil verlo como un actor altruista y desinteresado que sólo busca el desarrollo de México. Usted sin duda posee un talento singular y loable: sabe cuándo, cómo y dónde invertir. Pero también despliega otra característica menos atractiva: sabe cuándo, cómo y dónde presionar y chantajear a los legisladores, a los reguladores, a los medios, a los jueces, a los periodistas, a la intelligentsia de izquierda, a los que se dejan guiar por un nacionalismo mal entendido y aceptan la expoliación de un mexicano porque –por lo menos– no es extranjero.
Probablemente usted va a descalificar esta carta de mil 20 maneras, como descalifica las críticas de otros. Dirá que soy de las que envidian su fortuna, o tienen algún problema personal, o una resentida. Pero no es así. Escribo con la molestia compartida por millones de mexicanos cansados de las cuentas exorbitantes que pagan; cansados de los contratos leoninos que firman; cansados de las rentas que transfieren; cansados de las empresas rapaces que padecen; cansados de los funcionarios que de vez en cuando critican a los monopolios pero hacen poco para desmantelarlos.
Escribo con tristeza, con frustración, con la desilusión que produce presenciar la conducta de alguien que podría ser mejor. Que podría dedicarse a innovar en vez de bloquear. Que podría competir exitosamente pero prefiere ampararse constantemente. Que podría darle mucho de vuelta al país pero opta por seguirlo ordeñando. Que podría convertirse en el filántropo más influyente pero insiste en ser el plutócrata más insensible. John F. Kennedy decía que las grandes crisis producen grandes hombres. Lástima que, en este momento crítico para México, usted se empeña en demostrarnos que no aspira a ser uno de ellos.
DENISE DRESSER
Estimado Ingeniero:
Le escribo este texto como ciudadana. Como consumidora. Como mexicana preocupada por el destino de mi país y por el papel que usted juega en su presente y en su futuro. He leído con detenimiento las palabras que pronunció en el Foro Qué Hacer Para Crecer y he reflexionado sobre sus implicaciones. Su postura en torno a diversos temas me recordó aquella famosa frase atribuida al presidente de la compañía automotriz General Motors, quien dijo: “Lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos”. Y creo que usted piensa algo similar: Lo que es bueno para Carlos Slim, para Telmex, para Telcel, p ara el Grupo Carso, es bueno para México. Pero no es así. Usted se percibe como solución cuando se ha vuelto parte del problema; usted se percibe como estadista con la capacidad de diagnosticar los males del país cuando ha contribuido a producirlos; usted se ve como salvador indispensable cuando se ha convertido en bloqueador criticable. De allí las contradicciones, las lagunas y las distorsiones que plagaron su discurso, y menciono las más notables:
–Usted dice que es necesario pasar de una sociedad urbana e industrial a una sociedad terciaria, de servicios, tecnológica, de conocimiento. Es cierto. Pero en México ese tránsito se vuelve difícil en la medida en que los costos de las telecomunicaciones son tan altos, la telefonía es tan cara y la penetración de internet de banda ancha es tan baja. Eso es el resultado del predominio que usted y sus empresas tienen en el mercado. En pocas palabras, en el discurso propone algo que en la práctica se dedica a obstaculizar.
–Usted subraya el imperativo de fomentar la productividad y la competencia, pero a lo largo de los años se ha amparado en los tribunales ante esfuerzos regulatorios que buscan precisamente eso. Aplaude la competencia, pero siempre y cuando no se promueva en su sector.
–Usted dice que no hay que preocuparse por el crecimiento del Producto Interno Bruto; que lo más importante es cuidar el empleo que personas como usted proveen. Pero es precisamente la falta de crecimiento económico lo que explica la baja generación de empleos en México desde hace años. Y la falta de crecimiento está directamente vinculada con la persistencia de prácticas anticompetitivas que personas como usted justifican.
–Usted manda el mensaje de que la inversión extranjera debe ser vista con temor, con ambivalencia. Dice que las empresas modernas son los viejos ejércitos. Los ejércitos conquistaban territorios y cobraban tributos”. Dice que ojalá no entremos a una etapa de Sell Mexico a los inversionistas extranjeros, y cabildea para que no se permita la inversión extranjera en telefonía fija. Pero al mismo tiempo usted, como inversionista extranjero en Estados Unidos, acaba de invertir millones de dólares en The New York Times, en las tiendas Saks, en Citigroup. Desde su perspectiva incongruente, la inversión extranjera se vale y debe ser aplaudida cuando usted la encabeza en otro país, pero debe ser rechazada en México.
–Usted reitera que “necesitamos ser competitivos en esta sociedad del conocimiento y necesitamos competencia; estoy de acuerdo con la competencia”. Pero al mismo tiempo, en días recientes, ha manifestado su abierta oposición a un esfuerzo por fomentarla, descalificando, por ejemplo, el Plan de Interconexión que busca una cancha más pareja de juego.
–Usted dice que es indispensable impulsar a las pequeñas y medianas empresas, pero a la vez su empresa –Telmex– las somete a costos de telecomunicaciones que retrasan su crecimiento y expansión.
–Usted dice que la clase media se ha achicado, que “la gente no tiene ingreso”, que debe haber una mejor distribución del ingreso. El diagnóstico es correcto, pero sorprende la falta de entendimiento sobre cómo usted mismo contribuye a esa situación. El presidente de la Comisión Federal de Competencia lo explica con gran claridad: Los consumidores gastan 40% más de lo que debieran por la falta de competencia en sectores como las telecomunicaciones. Y el precio más alto lo pagan los pobres.
–Usted sugiere que las razones principales del rezago de México residen en el gobierno: la ineficiencia de la burocracia 20 gubernamental, la corrupción, la infraestructura inadecuada, la falta de acceso al financiamiento, el crimen, los monopolios públicos. Sin duda todo ello contribuye a la falta de competitividad. Pero los monopolios privados como el suyo también lo hacen.
–Usted habla de la necesidad de “revisar un modelo económico impuesto como dogma ideológico” que ha producido crecimiento mediocre. Pero precisamente ese modelo –de insuficiencia regulatoria y colusión gubernamental– es el que ha permitido a personas como usted acumular la fortuna que tiene hoy, valuada en 59 mil millones de dólares. Desde su punto de vista el modelo está mal, pero no hay que cambiarlo en cuanto a su forma particular de acumular riqueza.
La revisión puntual de sus palabras y de su actuación durante más de una década revela entonces un serio problema: Hay una brecha entre la percepción que usted tiene de sí mismo y el impacto nocivo de su actuación; hay una contradicción entre lo que propone y su forma de =2 0 proceder; padece una miopía que lo lleva a ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio.
Usted se ve como un gran hombre con grandes ideas que merecen ser escuchadas. Pero ese día ante los diputados, ante los senadores, ante la opinión pública, usted no habló de las grandes inversiones que iba a hacer, de los fantásticos proyectos de infraestructura que iba a promover, del empleo que iba a crear, del compromiso social ante la crisis que iba a asumir, de las características del nuevo modelo económico que apoyaría. En lugar de ello nos amenazó. Nos dijo –palabras más, palabras menos– que la situación económica se pondría peor y que ante ello nadie debía tocarlo, regularlo, cuestionarlo, obligarlo a competir. Y como al día siguiente el gobierno publicó el Plan de Interconexión telefónica que buscaría hacerlo, usted en respuesta anunció que Telmex recortaría sus planes de inversión. Se mostró de cuerpo entero como alguien dispuesto a hacerle daño a México si no consigue lo que quiere, cuando quiere. Tuvo la oportunidad de crecer y en lugar de ello se encogió.
Sin duda usted tiene derecho a promover sus intereses, pero el problema es que lo hace a costa del país. Tiene derecho a expresar sus ideas, pero dado su comportamiento es difícil verlo como un actor altruista y desinteresado que sólo busca el desarrollo de México. Usted sin duda posee un talento singular y loable: sabe cuándo, cómo y dónde invertir. Pero también despliega otra característica menos atractiva: sabe cuándo, cómo y dónde presionar y chantajear a los legisladores, a los reguladores, a los medios, a los jueces, a los periodistas, a la intelligentsia de izquierda, a los que se dejan guiar por un nacionalismo mal entendido y aceptan la expoliación de un mexicano porque –por lo menos– no es extranjero.
Probablemente usted va a descalificar esta carta de mil 20 maneras, como descalifica las críticas de otros. Dirá que soy de las que envidian su fortuna, o tienen algún problema personal, o una resentida. Pero no es así. Escribo con la molestia compartida por millones de mexicanos cansados de las cuentas exorbitantes que pagan; cansados de los contratos leoninos que firman; cansados de las rentas que transfieren; cansados de las empresas rapaces que padecen; cansados de los funcionarios que de vez en cuando critican a los monopolios pero hacen poco para desmantelarlos.
Escribo con tristeza, con frustración, con la desilusión que produce presenciar la conducta de alguien que podría ser mejor. Que podría dedicarse a innovar en vez de bloquear. Que podría competir exitosamente pero prefiere ampararse constantemente. Que podría darle mucho de vuelta al país pero opta por seguirlo ordeñando. Que podría convertirse en el filántropo más influyente pero insiste en ser el plutócrata más insensible. John F. Kennedy decía que las grandes crisis producen grandes hombres. Lástima que, en este momento crítico para México, usted se empeña en demostrarnos que no aspira a ser uno de ellos.
jueves, 12 de febrero de 2009
Soy una bestia! Pero una buena...
Todo se trata de pequeños momentos, instantes, que debes de pensar y sentir, guardar y recordar, para crearte tu vida y tus recuerdos, para tender los lazos y tejer tu historia.
Pocas veces me he encontrado en momentos como este, de hecho creo que es el primero y espero que sea el último, dentro de todo lo malo que he vivido en los últimos días puedo decir que hay personas ahí, amigos, que han movido su mano para levantarme la cabeza, se los agradezco, pero si algo me hizo sentirme vivo ahora que estoy hundido, es la voz de una mujer, que no conecta con mis oídos o con mi cerebro, conecta directo al corazón, me exprime el dolor que tengo en él y me lo saca con lágrimas involuntarias, de esas que se parece a las de un golpe en la nariz o en la espinilla, de esas que aunque no quieras se derraman por tu cara y se acumulan en tus ojos hasta que no puedes ver bien.
Esa canción me hace sentir vivo a través del dolor que me hace vomitar y no sé si sea la mejor forma.
Muchas gracias por enseñarmela.
Pocas veces me he encontrado en momentos como este, de hecho creo que es el primero y espero que sea el último, dentro de todo lo malo que he vivido en los últimos días puedo decir que hay personas ahí, amigos, que han movido su mano para levantarme la cabeza, se los agradezco, pero si algo me hizo sentirme vivo ahora que estoy hundido, es la voz de una mujer, que no conecta con mis oídos o con mi cerebro, conecta directo al corazón, me exprime el dolor que tengo en él y me lo saca con lágrimas involuntarias, de esas que se parece a las de un golpe en la nariz o en la espinilla, de esas que aunque no quieras se derraman por tu cara y se acumulan en tus ojos hasta que no puedes ver bien.
Esa canción me hace sentir vivo a través del dolor que me hace vomitar y no sé si sea la mejor forma.
Muchas gracias por enseñarmela.
lunes, 9 de febrero de 2009
The Dark Side!
Es angustia, es deseo de morir, son las ganas de probar plomo, cuerda o navaja, es la ausencia de miedo a dejar de exisitir, es el miedo al dolor que le puedo causar a los demás, pero también la tranquilidad de dejar de sentir toda esta tristeza que no me deja disfrutar ni un solo bocado de comida, es el voltear al pasado y ver que no he sido suficiente para nadie, es ver que estás solo, es la náusea que me da lo que digo cuando la ira se mezcla con la tristeza, es el irme a dormir hoy deseando no despertar mañana, es darme cuenta de que soy muy joven para que me de un ataque cardiaco, es darme cuenta de que no estoy tan mal, es querer estallar y pensar que será lo que menos dolor me puede causar en el momento que decida dejar de exisitir, es el coraje que me daría salir en las páginas del Alarma! es la impotencia de no estar, es el estar detenido sin ningún tipo de safety net al rededor, es el deseo de volver a matar algo que se te entierra en el corazón, es el no querer saber nada pero querer saberlo todo, es el terror que me da leer todo lo que he escrito antes, es las ganas de salir a buscar un terapeuta, es el momento de dejar de girar, es el darse cuenta de que cada vez puedes darte el lujo de perder menos, es el querer decir lo triste que me sentí cuando me dio nauseas, es escribir sin un orden, es la opresión que siento en el pecho a todo momento, es querer morir y volver a nacer sin hacer tantas pendejadas, es decirte que te quiero, es recordar el aropax y el rivotril, es recordar su efecto -un efecto neutro donde no estas feliz pero tampoco estás triste, es odio, es amor, es vivir... es saber que ya estoy muerto...
miércoles, 4 de febrero de 2009
La incertidumbre...
"El término incertidumbre es cuando a una persona le da miedo algo y teme que le vaya a pasar algo. La incertidumbre se detecta en una persona cuando ésta no quiere hacer algo porque le da temor equivocarse o que le pase algo. Algunos de sus elementos son el miedo, el temor, la desconfianza, etc." -Wikipedia.
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