Si algo me duele es el tiempo, ese que no discrimina, que pasa sin poder darle una mordida para que se detenga y pueda prolongarse o congelarse en el beso u orgasmo perfecto, me caga el tiempo, porque es el único que nunca recuperarás.
Creo que el tiempo no tiene madre, y se me hace más hijo de puta que Dios; incluso Dios tuvo madre y si no pregúntenle a Baby Jesus, pero si el tiempo tuviera madre seguramente, en más de una ocasión, le hubiese pedido que se detuviera para que no se le quemaran los frijoles o para que no se le pasara su telenovela de las 7 PM.
Pero el tiempo nunca se ha detenido, no se ha visto documentado en los anales de la historia y eso me dice claramente que no tiene madre.
Esa es la razón por la cual me duele el tiempo, porque si no tiene ni una puta madre, entonces no se detendrá nunca por mí.
lunes, 19 de enero de 2009
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